domingo, 5 de julio de 2015

Explicación sobre una situación real.

Destrucción del Patrimonio Cultural por el Ejército Islámico y su registro audiovisual

          
Una gran pérdida para la humanidad es la recuperación de su memoria. El único animal que tiene que saber para serlo es el humano, y una de las formas de hacerlo es a través de un recorrido por la historia. Con todo lo destruido, nos vamos a perder una muy buena oportunidad de hacer un uso de la memoria, esto es un abuso de la memoria, lo que ha sido nuestro palimpsesto”.
Gustavo Muñoz.



La historia de la humanidad siempre se ha visto marcada por conflictos bélicos, en los que la destrucción del patrimonio es símbolo de la identidad sucumbiendo ante el enemigo. Algunos claros ejemplos a través de los siglos son:

  • El incendio de Biblioteca de Alejandría por Julio César donde se quemaron, según Séneca más de 40, 000 documentos.
  • La Guerra Civil Española fue el escenario de ataques al Instituto Cajal, el Museo Antropológico, el Museo de Ciencias Naturales y la Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Museo del Prado, la basílica de Nuestra Señora de Atocha, las iglesias de Santa Teresa y San Francisco de Borja y el Colegio de Nuestra Señora de las Maravillas.
  • La Segunda Guerra Mundial ha sido la experiencia bélica más destructiva del mundo, fueron devastadas por completo 1710 ciudades del mundo y 70, 000 pueblos o villas y 6 millones de edificios históricos fueron aniquilados como el Castillo Real de Varsovia (en Polonia), la Catedral de Reims (Francia), el Palacio de Wurzburgo (Alemania) y la Catedral de Conventry (Reino Unido); son algunos de los más claros ejemplos.
El ensañamiento contra los bienes culturales no se ha detenido en el siglo XXI, a pesar de la fuerte legislación internacional vigente en este aspecto. El ejemplo más reciente son las destrucciones llevadas a cabo recientemente por el Estado Islámico. En 2001, la retransmisión en directo de la demolición con dinamita de los budas gigantes de Bamiyán dio la vuelta al mundo. Hasta que los talibanes acabaron con ellos, eran uno de los monumentos más espectaculares del mundo budista.

Cuatro años más tarde, le tocó el turno a la Gran Mezquita de Samarra, que llegó a ser la más grande del mundo. Construida en el siglo IX en Irak, la parte superior de su inmenso minarete de más de 50 metros de alto y gran parte de sus paredes fueron destruidas como consecuencia de las bombas.

Se podría incluir aquí la destrucción masiva del patrimonio cultural en Tombuctú, entre junio de 2012 y enero de 2013. Grupos como Al Qaeda derribaron mezquitas, bibliotecas y mausoleos, y quemaron miles de manuscritos preislámicos y medievales.

Estos son solo algunos ejemplos. Quizás los más llamativos de una lista infinita. En 2013, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, expresó su «consternación» por las nuevas destrucciones del patrimonio cultural en Siria, como es el caso de la Gran Mezquita Omeya de Alepo, una de las más antiguas del mundo. En su opinión, acabar con estas herencias del pasado «no tiene otra finalidad que la de intensificar el odio y la desesperanza y debilitar aún más los fundamentos de la cohesión de la sociedad siria». En plena guerra de Irak, asaltaron el Museo Nacional (en Bagdad) provocando la desaparición de 15.000 piezas históricas.

Actualmente, el mundo está sumergido en una crisis económica, política, religiosa y social. En los últimos meses, varios países árabes han perdido gran parte de su patrimonio cultural debido a los atentados terroristas de ISIS. 

En Iraq se destruyó la milenaria ciudad de Hatra (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), la biblioteca central de la antigua Nínive, destrucción del Museo de Mosul, saqueo y destrucción con la ayuda de excavadoras la ciudad antigua de Dur Sharrukin, actual Jorsabad. También una iglesia del siglo X situada al norte de Mosul fue volada por los aires, conocida como Markoukas o San Jorge. La ciudad de Nimrod fue arrasada y uno de los lugares clave de arte asirio se encontraba en sus calles. 

El Museo del Bardo, en Túnez, fue el escenario de una terrible matanza de 17 turistas y 2 tunecinos por parte de grupos extremistas 

Siria ha sido testigo del incendio provocado en la ciudad de Alepo y el ataque a Crac de los Caballeros. Desde 2011, cinco de los seis sitios de Siria que la UNESCO declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad han sufrido graves daños. Al apoderarse de sitios arqueológicos cercanos a su bastión, la ciudad de Raqqa, en el norte, el grupo extremista convirtió las brigadas de saqueo locales en una actividad a gran escala. 

Por otra parte, el EI ha usado los medios sociales para difundir la meticulosa coreografía de destrucción de mezquitas, cementerios, bibliotecas y otros monumentos pertenecientes a todo grupo o secta que considere un desvío. 

El registro de estos hechos ha sido con un formato audiovisual en específico, el video. Videos que son publicados a través de las redes sociales mas populares como Youtube y Facebook. Con esto, buscan lograr que veamos como realizan estas actividades delictuosas, que para sus creencias e ideología, es lo mas correcto. Sin embargo, las personas que han visto estos video, han reaccionado de forma negativa e incluso agresiva al ver las grandes destrucciones que han realizado. La UNESCO ha estado al tanto y esta en constante alerta sobre los futuros actos que el grupo El planee. 

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